Pasada la lluvia, Leonela continúa su camino a paso firme, transcurrido algunos minutos se topa a unos metros de distancia con un hombre ermitaño que habitaba en el bosque, pero este aún no se da cuenta que ella está allí.
Entonces decide:
Saludar al hombre y relatar que anda perdida.
Temerosa por encontrar a un hombre desconocido, prefiere no ser vista y se esconde entre los arbustos, hasta que el hombre se marche